Historia que cuenta la historia de Nathan, un chico del distrito 7 que sale elegido para los 56º juegos del hambre

domingo, 5 de mayo de 2013

Capitulo 21

-¡No!- grita Silvia- ¡No lo hagas!

Paro de dirigirme hacia él, pero no puedo evitar cubrir a Silvia y ponerme en guardia.

-No os voy a hacer nada Nathan, estoy aliado con Silvia- dice Alex.

En ese momento todos mis músculos se relajan, aunque permanezco alerta a cualquier comportamiento sospechoso.

-¿Violet no estaba contigo?- pregunta Silvia a Alex.

-Si, pero en hubo un momento en que la perdí. Pensaba que estaba aquí- dice Alex preocupado.

Me veo obligado a ofrecerme a ayudar a buscarla, pero Silvia me dice que tengo que descansar y curarme de la herida que me ha hecho el muto.

-No llegarás lejos en ese estado- me dice Alex.

Así que me dejo aconsejar y me siento al lado de Silvia. Alex me da una medicina que le debe de haber mandado el Capitolio gracias a sus patrocinadores, y sale en busca de Violet. 

Silvia coge un poco de medicina y me la unta con cuidado en el pecho.

-Pronto estarás curado- me dice Silvia.

-Gracias - le digo con una sonrisa.

Estoy muy a gusto con Silvia pero no me gustaría tener que matarla. No se que haré cuando esté curado, ya que no puedo dejar a Silvia a cargo de Alex, porque no dudará en matarla si tiene que hacerlo. 

Un rato después, oigo un cañonazo. Miro a Silvia y noto que está preocupada, aunque no quiere que me de cuenta. 

Pasamos todo el día esperando la llegada de Alex o Violet, pero ninguno de los dos aparece. 

Suena el himno del Capitolio y Silvia sale a descubrir en el cielo quien ha muerto esta mañana. 

Vuelve con una lagrima corriendole por la mejilla.

-Ha muerto Violet- dice intentando no derramar ninguna lágrima más.

Me limito a abrazarla. Su pelo huele bien a pesar de llevar dos días sin utilizar las avanzadas duchas del capitolio. Permanecemos abrazados durante bastante tiempo sentados en la parte mas alejada del pequeño agujero que da al exterior.

Yo no he llegado a conocer a Violet, pero se nota que Silvia se llevaba bien con ella a pesar de haber estado tan solo un día con ella. No puedo evitar sentir pena por ella, pero supongo que es necesario que mueran tributos para poder ganar.

Miro a Silvia y veo que está dormida. Me gustaría que ese momento no acabase nunca. Pero se que pronto tendremos que volver a separarnos si queremos que todos los momentos que hemos pasado juntos queden intactos en nuestra memoria y que no se manchen de sangre solo porque el Capitolio quiera dar emoción a los juegos.

Todavía quedamos 15 tributos, por lo que todavía tenemos todos muchas posibilidades de morir.